Competir es un verbo que se asocia con muchos otros: sobrevivir, jugar, crecer, reconocer, reconocerse, canalizar, etc. Pero, dependerá de la forma positiva o no en que compitamos que la competición beneficiará nuestra vida. No solo los “músculos” y “órganos“ se benefician, sino que la psicología de la persona que compite también lo percibe, porque la competencia también es superación, valentía, sueño, fantasía.
Es nuestra labor acompañar a todas nuestras gimnastas durante toda la temporada competitiva. No es fácil, ni las primeras veces ni las últimas, pero ahí estaremos siempre, a su lado, cada segundo.
"Querida gimnasta,
Siempre hay una primera vez. Y salir al tapiz para defender tu trabajo, es una de las primeras veces que más miedo da.
Un tapiz de 13x13 metros entero para ti. Para que demuestres, en 90 segundos, todo tu esfuerzo y toda tu implicación para con tus ejercicios.
Da miedo. Da mucho miedo. Porque estás ante muchos ojos. Ojos de padres, de jueces, de entrenadoras. De otras gimnastas.
¿Pero sabes qué?
¡No estás sola!
No, no lo estás. En las gradas está tu club. Entre el público están tus técnicos, tus compañeras, tu familia. Y a la salida del tapiz te espera tu entrenadora. La misma que te ha visto luchar en cada entrenamiento, la que te ha visto en tus mejores momentos y en los peores, la que te abrazará fuertemente cuando salgas. Y ella está ahí, contigo, durante todo tu ejercicio.
Tu entrarás al tapiz. Y mirarás a las jueces. Te prepararás. Y sonará el pitido. Es tu momento. Pero tu entrenadora... ¡oh, mi pequeña, ella está ahí! Está repitiendo tus movimientos, al son de la música, mimetizada contigo. Ella, y tus compañeras. Están todas sufriendo contigo, llorando contigo, rezando por ti. Por ti y por tu trabajo.
Siempre que vayas a salir al tapiz recuerda que, en esos 13x13 metros, estáis todas, aunque no las veas, están ahí. Y te darás cuenta porque las oirás. Te gritarán. Te gritarán hasta dejarse la garganta. Te gritarán hasta que no puedan sacar más aire de los pulmones. Te gritarán hasta el punto que no escucharás tu propia música.
Siempre estarán. Siempre te gritarán. Siempre, contigo."
Texto: Punteras Al Tapiz
Es nuestra labor acompañar a todas nuestras gimnastas durante toda la temporada competitiva. No es fácil, ni las primeras veces ni las últimas, pero ahí estaremos siempre, a su lado, cada segundo.
"Querida gimnasta,
Siempre hay una primera vez. Y salir al tapiz para defender tu trabajo, es una de las primeras veces que más miedo da.
Un tapiz de 13x13 metros entero para ti. Para que demuestres, en 90 segundos, todo tu esfuerzo y toda tu implicación para con tus ejercicios.
Da miedo. Da mucho miedo. Porque estás ante muchos ojos. Ojos de padres, de jueces, de entrenadoras. De otras gimnastas.
¿Pero sabes qué?
¡No estás sola!
No, no lo estás. En las gradas está tu club. Entre el público están tus técnicos, tus compañeras, tu familia. Y a la salida del tapiz te espera tu entrenadora. La misma que te ha visto luchar en cada entrenamiento, la que te ha visto en tus mejores momentos y en los peores, la que te abrazará fuertemente cuando salgas. Y ella está ahí, contigo, durante todo tu ejercicio.
Tu entrarás al tapiz. Y mirarás a las jueces. Te prepararás. Y sonará el pitido. Es tu momento. Pero tu entrenadora... ¡oh, mi pequeña, ella está ahí! Está repitiendo tus movimientos, al son de la música, mimetizada contigo. Ella, y tus compañeras. Están todas sufriendo contigo, llorando contigo, rezando por ti. Por ti y por tu trabajo.
Siempre que vayas a salir al tapiz recuerda que, en esos 13x13 metros, estáis todas, aunque no las veas, están ahí. Y te darás cuenta porque las oirás. Te gritarán. Te gritarán hasta dejarse la garganta. Te gritarán hasta que no puedan sacar más aire de los pulmones. Te gritarán hasta el punto que no escucharás tu propia música.
Siempre estarán. Siempre te gritarán. Siempre, contigo."
Texto: Punteras Al Tapiz
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